Días pasados salió en clase el comentario sobre el matrimonio en el Antiguo Régimen.
Pensé que desde nuestro blog podríamos trabajar estos temas, que no aparecen en el curriculum, pero que realmente nos apasionan.
De ahí que inauguremos esta entrada de FAMILIAS desde la que abordaremos aspectos como el matrimonio, la dote, familias del mundo, familias homoparentales, extensas, nucleares, los hogares, los jóvenes, la vejez...
El matrimonio era un hecho ritual de gran importancia en el
curso de la vida y era también el momento en el que se daba prioridad al honor
de la familia, en el caso de las familias de las élites. La unión de dos patrimonios, de dos familias llevaba consigo la
creación de una red de alianzas de afinidad y perpetuación del patrimonio
simbólico de la familia, es decir el nombre, la casa, la reputación y el honor.
Y esto era tan importante en los grupos de élite que el matrimonio eran también
una decisión de familia, no se dejaba a la libre elección.
De todo ello se deduce una gran presión sobre
los jóvenes, principalmente los pertenecientes a los grupos superiores, que
estaba en juego la posesión de vínculos y mayorazgos. Aunque ésta se podía
ejercer de manera sutil, como los encuentros en la casa de los padres, la
visita a la familia.
Podía
suceder que el hijo o la hija se rebelasen contra la voluntad de los padres,
circunstancia que aparece en algunos documentos
y sobre la que existen multitud de historias en toda la provincia de Albacete. Se dice
que en la villa de Munera (realidad o leyenda), unos padres expulsaron a su
hija de casa por la puerta de los muertos con este gesto se expulsaba para
siempre de la casa y de su familia, pues ella había decidido un matrimonio poco
conveniente para los intereses familiares y nunca lo aceptaron.
Foto: La boda de Lázaro y Emilia. Lezuza (Albacete, 1930) Propiedad de la familia.
Foto: La boda de Lázaro y Emilia. Lezuza (Albacete, 1930) Propiedad de la familia.
Y es que en el estado matrimonial se fundían normas, tradiciones y valores culturales de gran significado social, lo que se traduce en una endogamia económica y social vinculada a la reproducción patrimonial.
La familia intervenía en todo el proceso, desde la elección del
cónyuge hasta la firma de las capitulaciones y la entrega de la dote.
Control familiar para evitar posibles
matrimonios inadecuados o la soltería. El matrimonio se concibe como el estado
natural del ser humano y la soltería amenaza la continuidad de la familia
Foto: Invitadas a la boda en 1916. Bilbao boda Arramberri/Foto del Concurso de fotografía antigua digitalizada. Gobierno vasco
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